domingo, 24 de enero de 2010

LA FIESTA DE LA VIDA


El mañana me sonríe y me extiende la mano.
Ahora el horizonte esta cerca y las utopías ya no existen, la vida se me entrega, me transformo en su mejor amante y todo me es posible.
La lluvia viene para hacer nacer el arco iris y cada vez encuentro la olla del tesoro. Al final de los colores del cielo el tesoro es un nuevo punto de partida.
Mis debilidades atentando al pudor desfilan ante mi desnudas y me hacen fuerte.
Mis fortalezas se muestran brillantes y seguras cada vez que la dimensión paralela de las imágenes aparece en espejos, vidrios o charquitos de agua.
Finalmente accedo a ir a la fiesta que la vida hace tanto prepara para mi. La misma fiesta que tantas veces mire de afuera, pasaba por la puerta, espiaba, sonreía y mis temores disfrazados de policía me negaban entrar… hasta que me vestí de juez y me declare inocente.
Entonces me quite mis antiguas ropas manchadas de sangre, dolor y lágrimas, ahora me pinto cada día con mis colores únicos y bailo con la vida, músicas que toca para mi y para tantos que también bailan con ella. Aquellos que aunque lloran, no permiten que las lágrimas de dolor corran sus colores…


Mileva

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